Historia y Arte

Los monjes cistercienses buscaron para establecerse lugares apartados de las gentes en los que el agua fluyera generosamente. El Valle de Iranzu reunía sin duda estas dos condiciones. A Iranzu se le antepone el nombre de Santa María como lo hicieron con todos los monasterios de la Orden.

Iranzu significa en vascuence "helechal". Es palabra formada del radical Ira, que significa "helecho" y el sufijo -tzu, abundativo euskérico; Iranzu es en cuanto a su significado pariente de topónimos como Irache, Iraeta o Irañeta. Traducido el nombre completo al castellano, vendría a significar "Santa María del Helechal"; por lo que, en este caso también, la denominación es acorde a la fina sensibilidad cisterciense al bautizar sus casas.



 El establecimiento de los monjes cistercienses de San Bernardo en Iranzu data de 1176. Surgió tras la donación de los terrenos de Iranzu por parte del obispo de Pamplona D. Pedro de París, natural de Artajona, a su hermano Nicolás, para que allí fundara un monasterio de su orden.
Iranzu llegó a reunir vastas propiedades: tierras de cultivo, pastos, iglesias parroquiales, pueblos enteros, etc. que se extendían por toda Navarra y por toda España.

En el siglo XIV entra en un periodo crítico que llega hasta el siglo XV, siendo una de las causas la guerra civil que asoló Navarra.
Con la Desamortización de 1835 los monjes pudieron permanecer con protección de los carlistas, pero en 1839, tras el convenio de Vergara se vieron obligados por Mendizabal a abandonar el Monasterio, pasando a ser propiedad del Estado.

Hasta el año 1942 estuvó totalmente abandonado.

Restauración:
En 1942 la Fundación Príncipe de Viana inicia una intensa reconstrucción del conjunto monástico. Un año más tarde se unen a la restauración y se establecen en el lugar la comunidad religiosa de los Clérigos Regulares (Teatinos), quienes regentan hasta hoy el Monasterio.


Iglesia




El templo comenzó a construirse después  de 1176 con la llegada de la orden bernarda, prologándose las obras hasta el siglo XIII, bajo el reinado de Sancho el Fuerte.


La planta presenta tres largas naves con crucero y triple
Varias ventanas iluminan el interior concentrándose la luz especialmente en el presbiterio, con el triple  ventanal y rosetón central.
La sacristía es una estancia de la primera mitad del siglo XVII, de estilo manierista, con planta rectangular cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos.
El exterior se impone por la fuerza y potencia de sus muros de sillería, reforzados por contrafuertes.  A los pies se abre la sencilla portada de arco de medio punto abocinado, con simples vegetales y columnas lisas.


Claustro

El claustro se comenzó a finales del siglo XII o comienzos del XIII y se prolongó hasta el XIV. La larga duración de las obras explica que del más puro estilo cisterciense, visible en la crujía lindante con la iglesia, se evolucione al estilo gótico imperante en el resto.

Las galerías de medio punto de la zona más primitiva dan paso a los  diseños más complicados de arcos apuntados con trilóbulos interiores y ojos de buey de elaborada tracería, propios de un gótico pleno.

De la misma evolución estilística participan la cubierta de crucería y los capiteles de hojas, donde las fórmulas esquemáticas del Cister van evolucionando a las más naturalistas del gótico.


Sala Capitular

La Sala Capitular es una amplia sala, donde se reunían los monjes; construida a la vez que la iglesia, a finales del siglo XII, con cubiertas de crucería que apoya en dos columnas centrales. A ella se accede a través de una sencilla portada de medio punto entre ventanas abocinadas
Después de la iglesia era la dependencia más importante de los monasterios cistercienses, se llevaban a cabo los capítulos de culpas y la toma del hábito de los novicios y profesos. Además era el lugar habitual, junto con el claustro, donde se enterraban a los abades.
Se conserva en toda su originalidad, siendo pocos los retoques efectuados en sus muros durante la restauración.


Cocina.



La monumental cocina se construyó en el siglo XIII, destacando en ella la gran chimenea central, soportada por cuatro potentes arcos apuntados. Cubre el lugar una serie de bóvedas de crucería, con claves decoradas. Apoyan estas bóvedas en ménsulas de modillones y capiteles con decoración vegetal y geométrica. El exterior de la estancia ofrece la misma sobriedad que el resto del monasterio, con muros de sillería reforzados por contrafuertes, emergiendo del conjunto la chimenea.

Al refectorio se accede desde el claustro a través de una portada gótica. La estancia, aunque de origen medieval, fue profundamente transformada en el siglo XVII, datando de este momento su actual aspecto.

Lavatorio

De planta poligonal y estilo gótico, aunque ha sido prácticamente reconstruido en la restauración de 1942.

Capilla de San Adrián.

Primer lugar de construcción de los monjes cuando se instalaron en Iranzu ya que para ellos lo principal era tener un lugar de oración. Data del siglo XII, es de estilo románico y se le atribuyó el nombre debido a que anteriormente había un monasterio benedictino dedicado a San Adrián.



Fotografías del monasterio en el año 1916.